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PymeSeguros cuenta con Carmelo Vega para su número 120

La revista PymeSeguros ha contado con Carmelo Vega en el número 120 de la revista. En esta ocasión, Carmelo ha participado en el punto de encuentro “D&O como medida de prevención de la insolvencia empresaria” junto con los expertos Francisco Antonio Alcaide, suscriptor y responsable de Beazley Digital España; Carlos Lluch, director técnico de Lluch y Juelich Correduría de Seguros y Carlos Peña, director de Markel Global:

La pandemia, la guerra de Ucrania, el incremento de los costes de los productos… Las empresas se enfrentan a un entorno convulso en el que la incertidumbre económica impera. Ante este panorama, los profesionales del sector abogan por poner en valor el seguro de D&O como medida de prevención y protección, aunque precisamente esa inestabilidad, junto con la falta de concienciación empresarial, está ralentizando la penetración de este producto, especialmente entre los administradores de pymes.

A todo eso, se unió el pasado 30 de junio la finalización del aplazamiento de la mora concursal por la pandemia, que, como resalta Carlos Peña, director de Markel Global, tuvo consecuencias inmediatas. Ese mismo mes aumentaron los procesos concursales un 3,9% con respecto al mismo periodo de 2020, mientras que a septiembre el incremento fue de 14% en el conjunto del año y un 103% comparado con el mismo mes de 2021.

Efectivamente, Francisco Antonio Alcaide, suscriptor y responsable de Beazley Digital España, ratifica que ha habido un crecimiento bastante exponencial: “En octubre, se han alcanzado niveles de concurso de acreedores del año 2013. Y en cuanto a acumulado, se han producido unos 6.000 concursos, que supone cerca de un 20% más que el año pasado a estas alturas”.
Sin embargo, Carmelo Vega, socio de Ponce y Mugar Correduría de Seguros, cree que muchas de esas compañías ya estaban en esa situación. “Era una muerte anunciada, incluso antes de la modificación de la Ley Concursal. Muchas de ellas estaban ya en situación de preconcurso sin haberlo declarado previamente y ahora ya la situación es insostenible”
Además, Carlos Lluch, director técnico de Lluch y Juelich Correduría de Seguros, pone el acento en que en 2013 hubo 9.143 concursos y en 2020, 4.630. En 2021 crecieron y se contabilizaron 5.496, “y este año se calcula que vamos a rondar otra vez los niveles del 2013”.

INSTRUIR AL ADMINISTRADOR

Francisco Antonio Alcaide recuerda que la nueva Ley Concursal, que entró en vigor el pasado septiembre, ha hecho una especial mención al tema de las microempresas, que son las que precisamente más sufren estos problemas de concursalidad, situación normal si se tiene en cuenta que el 94% del tejido empresarial en España está compuesto por compañías que facturan menos de 2 millones y que tienen menos de 10 empleados.

Una novedad, ya que como señala Carlos Lluch casi siempre las leyes, las medidas administrativas, están pensadas para las grandes corporaciones, pero la realidad es que tenemos un tejido empresarial lleno de microempresas, en las que “un porcentaje enorme de gente sabe hacer bien una cosa, pero no ha recibido una formación empresarial y menos aún profunda”. Por eso, cree que desde el punto de vista de la gerencia de riesgos una de las funciones de los corredores, además de ofrecer el seguro a los clientes, “es ser promotores de buenas prácticas, porque el seguro va a ser sostenible especialmente si la siniestralidad no se desboca”.

SINIESTRALIDAD CONTENIDA

En esta línea, el suscriptor y responsable de Beazley Digital España reconoce que actualmente la siniestralidad está contenida, gracias en parte al papel de las compañías a la hora de suscribir:“Nos llegan muchas empresas que, analizando la información financiera, se ve que tienen fondos propios negativos. A este tipo de compañías que nos piden un seguro de D&O tenemos que declinar el cotizarlas o les pedimos plan de viabilidad”, comenta.

“Nosotros a nivel de correduría no estamos notando tampoco el exceso de siniestralidad”, argumenta Vega, que coincide en que D&O es uno de los ramos donde la contratación es mucho más exigente y donde se analiza mucho más el perfil de la empresa que está solicitando la oferta. “De momento, la siniestralidad está contenida, aunque pienso que el año que viene, si no se revisan las pólizas en ciertos sectores, va a repuntar bastante”, presupone.

De similar opinión es Carlos Peña, quien considera, no obstante, que todavía es pronto “porque hay que esperar a las calificaciones de los concursos que se están iniciando ahora”, pero “dentro de unos meses y en función de la calificación del concurso, la siniestralidad podría elevarse”.

Lluch hace la distinción entre dos modelos de aseguramientos: el de aquellas compañías que aceptan a todos los clientes, sin hacer cuestionarios correctos para conocer en profundidad su situación; y las que hacen una discriminación y tienen conocimiento detrás.

PROTEGER AL TEJIDO EMPRESARIAL

En el caso del corredor, a la hora de comercializar este producto el mayor problema al que se enfrenta, como atestigua Peña, es la baja penetración que tiene en las pymes y en entidades sin ánimo de lucro. “En un entorno tan cambiante e impredecible es conveniente estar asegurado y proteger tu patrimonio personal ya que podemos incurrir en responsabilidades y tener que hacer frente al déficit patrimonial de la entidad en caso de concurso de acreedores”, recomienda.

No obstante, como señala el socio de Ponce y Mugar, solo el 10% de las pymes, aproximadamente, tienen seguro. El problema, a su entender, es que probablemente tengamos que trasladar mejor a los directivos la necesidad de asegurar su patrimonio a través de este producto.

“Los corredores deben ser promotores de buenas prácticas, porque el seguro va a ser sostenible especialmente si la siniestralidad no se desboca”. Carlos Lluch

Y más en el caso de D&O, como señala Francisco Antonio Alcaide, porque al final es un recurso que en caso de necesidad se activa y ayuda al cliente:“Es una herramienta indispensable por si la cosa va mal”, arguye. No obstante, es fundamental para los administradores, porque se están jugando su patrimonio.
“El D&O es esencial para proteger el patrimonio de los administradores y directivos en un entorno muy cambiante y con una legislación cada vez más severa”, confirma el director de Markel Global.

RESPONSABILIDAD DEL ADMINISTRADOR

No obstante, como recuerda Alcaide, la ley dice que, al final, el administrador y el directivo responde con su patrimonio personal de las deudas de la empresa. Además, si se trata de empresas que tienen más de un administrador, otra de las características de la legislación es que de lo que haga uno de ellos, responden todos, por responsabilidad solidaria.

“Debemos facilitar que las empresas operen con mayor seguridad, tenemos que ayudar al empresario a entender que tiene que dotarse de medios y que tiene que ser capaz de generar los recursos y de tener la liquidez previa suficiente para poder encajar eso dentro de sus presupuestos”, incide Carlos Lluch.

ocurriendo. Por lo que, esa dejadez de funciones, automáticamente lleva aparejada una responsabilidad, a no ser que se haya hecho constar expresamente la oposición a la decisión que tome otro administrador”, recalca Lluch.

No hay que olvidar que una mala gestión de los directivos puede generar una serie de problemas. Para el director de Markel Global, uno de los más evidentes es que el concurso se presuma o califique como culpable por no cumplir los plazos marcados por la Ley o que el ejecutivo haya contribuido a originar o agravar la situación de insolvencia de la entidad, pudiendo ser declarado responsable del déficit patrimonial de la entidad.

NOVEDADES DE LA LEY

Tal y como señala Carlos Peña, la nueva Ley establece normas en tres áreas: la reestructuración preventiva de deudores cuando la insolvencia sea previsible y no inminente como anteriormente estaba; la exoneración de deu- das contraídas por empresas insolventes si se demuestra que se ha actuado con buena fe; y las medidas para aumentar la eficiencia de los procedimientos concursales. Igualmente se introduce un procedimiento de insolvencia único y obligatorio para microempresas”.

El suscriptor y responsable de Beazley Digital España reconoce que hay muchas novedades, pero hace hincapié en la reducción de los plazos en la declaración de concurso, el tema de la tramitación y que haya una sección especial para las microempresas, ya que representan la mayoría del tejido empresarial español.

“A mí, como corredor, me preocupa que el acreedor pueda intervenir de forma fehaciente cuando la deuda supere el 5% del pasivo o el crédito de una empresa esté por encima del millón de euros”, destaca Vega, ya que se puede producir una avalancha de reclamaciones y de peticiones.

Peña opina que lo que más va a afectar a las pólizas de D&O y a que se consideren los concursos como culpables es la posibilidad de que los acreedores cualificados presenten un informe de calificación al administrador concursal.

Una buena noticia, según Lluch, es que clarifica y establece tres tiempos diferentes en lo que es el ámbito preconcursal: cuando se puede intuir que en algún momento se podría entrar en solvencia; cuando se está en una situación preinsolvente; y cuando ya se está en situación insolvente.

“La nueva reforma de la Ley Concursal modifica bastante el proceso para declarar el concurso de acreedores y aumenta bastante la responsabilidad del administrador”, puntualiza Carmelo Vega, para quien hay más
ejemplos en los que el directivo puede ser culpabilizado:la falta de experiencia de los administradores; un exceso de tiempo para recurrir al concurso de acreedores, que hace que pueda ser declarado culpable por dilatar o estar ocultando información durante mucho tiempo e incluso internamente entre los propios administradores; la falta de documentación adecuada en la presentación; y no cumplir con las obligaciones de los concursos.

ACUERDOS PRECONCURSALES

“Al final esto viene bien para todos porque, al haber tantos supuestos preconcursales, se facilita que se actúe de buena fe”, considera Francisco Antonio Alcaide.
“Se pretende no llegar al concurso y ahora hay recursos para ello. Se quiere desjudicializar el procedimiento preconcursal porque era un problema bastante importante”, redunda el socio de Ponce y Mugar.

Efectivamente, el director técnico de Lluch y Juelich aprecia que en todo ese ámbito preconcursal se busca un acuerdo y el juez interviene al principio como mero conocedor y al final como sabedor y ratificador de que existe un acuerdo entre las partes y de que eso se ejecuta. Esto, a su entender, va a descongestionar los juzgados de lo mercantil.

Además, que, como señala Francisco Antonio Alcaide, la compañía que llegue a concurso, ahora, lo hará desde
otro punto de partida, ya que primero habrá intentado por todos los medios buscar el consenso por todas estas vías que está facilitando la nueva ley.

Una circunstancia que, por otra parte, como concibe el director técnico de Lluch y Juelich, no tendrá riesgo, porque ya se habrán dirimido muchas cuestiones previamente:“Si se llega de buena fe es poco probable que tengamos siniestro sobre la mesa.

VISUALIZAR EL RIESGO

Mientras el director de Markel Global no echa en falta ningún aspecto en la ley para ayudar al sector asegurador, ya que se trata de “una trasposición de una Directiva Europea que tiene la finalidad de intentar evitar los concursos y agilizar los mismos”, Alcaide aboga (medio en serio, medio en broma) por la obligatoriedad del seguro de D&O “como medida de prevención”.
Carmelo Vega, además de obligatorio, apostaría en la contratación, por “premiar a quien quiera llegar a un acuerdo previo al concurso”: “Se podría hacer una bonificación en el momento de la suscripción”, propone.

No obstante, como recuerda Carlos Lluch, la nueva ley de lo que habla es de que hay que anticipar la probabilidad de entrar en insolvencia dentro de un periodo de dos años, lo que conlleva conocer los flujos de caja, el nivel de endeudamiento, las expectativas del negocio, las influencias de factores externos, tener un cierto margen de error previsto, “es decir, gerenciar”, “porque puedes tener todo bajo control, puedes tener una empresa saneada, pero luego se te planta delante un cisne negro, como puede ser una pandemia, y todos los cálculos y todas las previsiones no sirven”.

Para Carmelo Vega, en un principio, los condicionados de las pólizas de D&O fue una traslación del mundo anglosajón, por lo que muchas de las coberturas no tenían sentido para el tejido empresarial español, lo que hizo que muchos empresarios no las aceptaran. Propone, además, hacer productos en función de cada uno de los sectores porque, en general, las pólizas de D&O no están adaptadas de forma sectorial. “Habría que analizar cada uno, su composición, el tipo de empresa que hay y hacer productos específicos que nos ayude a su comercialización”, indica.

Sin embargo, Lluch opina lo contrario. Si bien en otros ramos, como RC Profesional o RC General, sí cree que hay que ir por ese camino, en D&O lo que le gustaría encontrarse como corredor son contratos lo más genéricos posibles, ya que aprecia que en lo que son actos de gestión la mayoría de empresas se parecen mucho.

EMPRESAS ZOMBIS

Otro de los aspectos abordados durante la mesa redonda de Pymeseguros fue la existencia de empresas zombis y su tratamiento por parte del sector. Una circunstancia que, según Carlos Peña, director de Markel Global, los profesionales deben afrontar llevando a cabo una mayor revisión de la situación financiera de los riesgos.

“En empresas que llevan más de dos años viviendo en pérdidas, pero sustentándose por la financiación de los bancos, hay que tener cuidado”, recalca el suscriptor y responsable de Beazley Digital España, quien pide máxima cautela y precaución. “Pero ahí también está nuestra labor como compañía de ver sus balances. La capacidad de suscriptor de decidir si le queremos dar una póliza o no a este tipo de clientes”, sostiene.

Como subraya Vega, en la actualidad en España hay en torno a 40.000 empresas zombis, que ya lo eran, incluso antes de la pandemia, y han ido subsistiendo con préstamos ICO o ERTE. “Nuestra labor es intentar que haya mucho rigor técnico en la contratación y en la renovación, ir de la mano con la aseguradora para analizar muy bien la información contable, financiera y de negocio, tener mucha comunicación a la hora de cotizar”, comenta.

Con todo, el director técnico de Lluch y Juelich distinguiría entre una empresa zombi y otra que está en hibernación, por ejemplo, las turísticas durante la pandemia, que fueron obligadas a hibernar, muchas de las cuales requirieron pasar por cualquier tipo de subvención y otras han intentado que el seguro pagara la paralización del negocio. “Algunas han sobrevivido y han podido continuar y se están recuperando bien y, por tanto, entiendo que no son zombies, son empresas que están simplemente en el camino de la viabilidad o ya la han conseguido”, explica

“El problema es que al final cómo lo tienes que trasladar todo con una documentación para la aseguradora es muy difícil diferenciar esos dos estados”, confiesa el socio de Ponce y Mugar para quien, aunque la comunicación sea buena, el procedimiento de contratación o de resuscripción incorpora muchos aspectos sensibles.
En este sentido Carlos Lluch, director técnico de Lluch y Juelich, reconoce que el corredor tiene un trabajo de filtrado, de intentar conocer los signos evidentes de riqueza, si efectivamente hay actividad y es real…

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